Los mejores estudiantes en las carreras preparan oposiciones
Los estudiantes con mejores expedientes académicos trabajan en el sector público. Han cumplido su sueño y ahora sufren el recorte de sus sueldos. El día 8 han dado la cara: van a la huelga.
Hay 500.000 funcionarios que trabajan en la rama sanitaria en España, más de 600.000 que se dedican al sistema educativo. Muchos son de nivel alto. No es un trabajo al que llegue cualquiera y por eso está poblado de profesionales con un excelente nivel académico. «Hay oposiciones a las que sólo acceden los mejores, personas a las que les gustan los retos», dice José Ignacio Jiménez, de Norman Broadbent. Como María Viñuelas, que nació para estudiar y para ser abogada. Ella lo decidió, aunque no siempre ocurre así. Ser funcionario es una buena salida que mucha gente busca cuando no hay otros trabajos. No sólo en los puestos más bajos, como auxiliares administrativos, donde para 1.000 plazas el año pasado se presentaron hasta 67.000 aspirantes. También en los niveles más altos, el grupo A. «Nunca habíamos vivido una crisis así –explica Fernando Luque, que prepara a funcionarios de alto nivel en la Academia Jurídica FLR–. La gente me llama desesperada para ver si pueden sacar una oposición». Ya no son investigadores o hijos de funcionarios, que desde siempre han pensado en trabajar parar el Estado. No son los vocacionales, son los que buscan un refugio en la tormenta.
Vía: La Razón
Hay 500.000 funcionarios que trabajan en la rama sanitaria en España, más de 600.000 que se dedican al sistema educativo. Muchos son de nivel alto. No es un trabajo al que llegue cualquiera y por eso está poblado de profesionales con un excelente nivel académico. «Hay oposiciones a las que sólo acceden los mejores, personas a las que les gustan los retos», dice José Ignacio Jiménez, de Norman Broadbent. Como María Viñuelas, que nació para estudiar y para ser abogada. Ella lo decidió, aunque no siempre ocurre así. Ser funcionario es una buena salida que mucha gente busca cuando no hay otros trabajos. No sólo en los puestos más bajos, como auxiliares administrativos, donde para 1.000 plazas el año pasado se presentaron hasta 67.000 aspirantes. También en los niveles más altos, el grupo A. «Nunca habíamos vivido una crisis así –explica Fernando Luque, que prepara a funcionarios de alto nivel en la Academia Jurídica FLR–. La gente me llama desesperada para ver si pueden sacar una oposición». Ya no son investigadores o hijos de funcionarios, que desde siempre han pensado en trabajar parar el Estado. No son los vocacionales, son los que buscan un refugio en la tormenta.
Vía: La Razón
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