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La crisis empuja a opositar




Las academias llevan meses echando humo. Muchas incluso tienen listas de espera para el próximo curso porque no tienen aulas suficientes para atender a tanto estudiante.
Pero el perfil ha cambiado. La gran mayoría ya no son alumnos de instituto o universitarios que buscan reforzar una asignatura, sino aspirantes a funcionarios. Cada vez son más los alumnos que se interesan por los cursos para preparar una oposición. Y en tiempos de crisis la tendencia se nota aún más. La opción es innegablemente atractiva: un empleo para toda la vida, un horario a medida y un salario alto, además de la posibilidad de promoción interna. Atrás quedaron los románticos que criticaban al funcionario por la falta de emociones en su vida laboral.
El empleado público se ha convertido en la envidia de todos los demás trabajadores mundanos.Tendencia creciente«En los últimos meses hemos notado un incremento de entre el 5 y 10%, pero esperamos que a partir de septiembre sea mayor porque hay muchas personas con trabajos temporales que con esta incertidumbre económica de crisis ven peligrar su empleo», señala el consejero delegado de centro de estudios Keops-Kefren, Antonio Gallego.Gallego asegura que las oposiciones que han registrado un número mayor de candidatos son las del grupo D, es decir, las que exigen una preparación académica menor como las de las Fuerzas de Seguridad del Estado como Policía Nacional, Local y Guardia Civil, o las de auxiliar administrativo. Pero no sólo lo dicen las academias. Con los datos sobre la mesa, más de 26.900 andaluces se presentaron en 2006 a las oposiciones a profesor de Secundaria.
El pasado mes de junio se presentaron más de 38.500, un 30% más.María Leal, directora de las academias Unitec en Málaga capital, asegura que las cifras son significativas. «Muchas carreras no tienen más salida que la oposición, pero cada vez son más los titulados en carreras que históricamente tenían salidas en la empresa privada pero que optan por una oposición porque buscan mejores condiciones que las que encuentran en el mercado», afirma. Además, dice que los estudiantes de las academias sólo son una parte, pero que cada vez se presentan más alumnos que estudian el temario por libre. El delegado de la academia Master-D en Málaga, Marcos Fabricio Moralejo, explica las causas de este aumento en los postulantes del grupo D: «Hay muchos jóvenes que han trabajado los últimos años en la construcción y que ahora ven venir las vacas flacas e intentan buscar un empleo fijo, bien porque se han quedado sin trabajo en la obra o compaginando la oposición con el tajo».Margen de edadMoralejo también explica que la edad del opositor se ha ampliado. «Antes encontrabas gente de entre 25 y 35 años, pero la franja de edad se ha abierto mucho», indica. Y apunta que cada vez tienen más jóvenes de 18 y 19 años que deciden no estudiar una carrera o el Bachillerato y apostar por una oposición. «Muchos lo tienen claro y piensan que después de una carrera terminarán opositando igual, así que deciden saltarse ese paso», señala.En el otro extremo están personas mayores de 40 años que ven en las oposiciones la única forma de regresar al mercado laboral sin que la edad se convierta en un impedimento. «Salvo las Fuerzas de Seguridad del Estado, el resto de las oposiciones no tienen límite de edad, y para muchas personas que se quedan sin empleo a la mitad de su vida laboral es la única opción porque en el mercado marginan a las personas a partir de una edad o el trabajo que encuentran tiene una remuneración escasa cuando la mayoría tiene que hacer frente a obligaciones familiares», asegura.En algunas academias como Unitec ya hay incluso lista de espera para oposiciones que antes tenían muy poca demanda. «El año pasado tuvimos 40 personas esperando por si quedaba un hueco en la clase para Instituciones Penitenciarias; esto nunca había ocurrido», dice María Leal.El aumento de opositores tiene como consecuencia el incremento de la competencia, porque el interés de los aspirantes a funcionarios no siempre viene acompañado por una subida en las plazas ofertadas. Muy al contrario, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ya ha anunciado que reducirá la oferta de empleo público para atajar el gasto. Aunque muchas comunidades autónomas aseguran que mantendrán el número de plazas, la noticia ha sido un duro varapalo para los opositores.

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